Los productores, creadores y mentes pensantes de Telecinco no dan puntada sin hilo. Si había alguna duda de que la nueva edición de supervivientes servirá para alimentar a la máquina auto-fagocitadora de la cadena 'alegre' durante otros tres meses, hace escasos minutos se esfumaba. La única duda que me queda es si el resto de concursantes estaba al corriente de que Rosa Benito había ido al concurso para ganar, y llevarse toda la gloria (y está por ver las 'perras') del concurso.
Y es que la cadena ha trabajado 24 horas al día por la buena imagen de la alicantina, de la que apenas se han difundido broncas, ni encontronazos con sus compañeras. Rosa era la madraza, la mujer de 40 años que reivindica su independencia, la mujer sufridora de los ataques indirectos de Aída Nízar... Era la elegida para ganar, y así fue.
En su defensa podemos argumentar, que si bien Telecinco ha dado mejores cartas a la Benito, la rubia ha sabido recoger el guante, y aguantar como una pantera las durísimas condiciones de la isla. No hay quitarle méritos a esta mujer, pero lo cierto es que las otras concursantes no iban a ganar de ninguna de las maneras. Todo estaba preparado y orquestado para el triunfo de la colaboradora de 'Sálvame', a nómina de la cadena, y pieza clave para aguantar la temporada estival con éxito.
Una vez más, los reyes de la televisión demuestran como su nuevo y renovado formato de tele-realidad-guionizada está dando más frutos que las series de Emilio Aragón en los 90. Es una auténtica máquina de generar euros que trae de cabeza a la competencia.
Otro día más, la manipulación guionizada de los grandísimos profesionales de Telecinco (y lo digo en serio), han conseguido crear tensión y fricción donde en realidad no hay nada.
Enhorabuena Rosa, y enhorabuena Telecinco por demostrar, una vez más, que una historia contada siempre gusta más que la realidad.
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